Viaje relámpago a Viena

Hace un par de semanas viajé unos días a Viena para ver que tal estaban las partidas por allí durante la pandemia.

No me voy a detener mucho en comentar acerca de la gestión del virus, ya que aquí he venido a hablar de poker. Pero sí diré, que la libertad que allí se respiraba no tenia nada que ver con la que estamos viviendo por aquí últimamente.

Tras un PCR obligatorio en el aeropuerto y después de dar negativo, pude realizar una vida normal por las calles de Viena.

Me gusta mucho Austria y lo echaba de menos, ya que me había acostumbrado a ir los últimos veranos a jugar al omaha y siempre me han tratado fenomenal.

Antes de ir, pregunté a mi contacto de allí para asegurarme de que habría algo en marcha cuando llegara. Tal y como me había contado hace poco por twitter @PBR_AAAA el panorama respecto del juego había cambiado recientemente.

La legislación en Austria referente a los lugares habilitados para jugar al poker ha cambiado hace unos seis meses y ahora sólo se puede jugar en los casinos. Anteriormente existían «card rooms», lugares en los que aparte de «cash games» y torneos de poker, habían otros juegos de cartas como black jack.

Todo esto ya es cosa del pasado y ahora mismo la partida de omaha en Viena se celebra exclusivamente en el casino.

La partida que están jugando es de 5/5 con un rake de 25€ de máximo, en la que te cobran todas las consumiciones. A esto hay que sumarle que la partida estaba compuesta en su mayoría de jugadores sólidos, que salían corriendo a la primera mano en la que incrementaban su stack. El panorama no podía ser peor.

Por lo que pude enterarme, gran parte del escenario de poker ha pasado a un plano «underground», como suele pasar siempre que la oferta no satisface las necesidades de la demanda. No estuve el tiempo suficiente para informarme bien o para conseguir ser invitado a ninguna de estas partidas, por lo que mi estancia no se alargó mucho.

Esto que te acabo de contar me permite introducir un tema del que quería hablar hace tiempo.

En este caso puede ser el ejemplo de Viena, pero ha pasado exactamente lo mismo antes en muchos lugares como en Madrid, e incluso en el juego online tras la regulación.

Cuando creas un escenario de monopolio o duopolio (en general creas barreras muy altas o imposibles de alcanzar por más de uno o dos proveedores de servicios), o cuando asfixias a los jugadores con tasas abusivas, irremediablemente (y sin lugar a dudas, siempre), surge un mercado alternativo.

En un entorno con una competencia sana y unos precios razonables, nadie en su sano juicio va a jugar a la trastienda de una licorería o al sótano de un almacén. Aunque sé que estoy exagerando un poco.

Pero, ¿que haces si solo hay un sitio donde jugar?, ¿que haces si en ese sitio te cobran más de lo que es razonable pagar?

Muchas veces además, los organizadores empiezan a tomar medidas arbitrarias contra los jugadores, haciendo de las partidas más un buffet para aquellos con ciertos intereses, en vez de un lugar donde la gente va y simplemente juega.

No estoy en contra de las partidas privadas, ni de conservar el ecosistema en determinados ambientes. Pero si solo se puede jugar en un sitio, y en ese sitio no hay unas reglas concretas sobre las que se rigen todos los jugadores, jugar es prácticamente imposible.

Proliferación de salas alternativas

Lo que ocurre en estos casos es que aparecen clubs y lugares donde se celebran partidas. No uno o dos, si no muchos. Y esto se debe principalmente a que no se está consiguiendo satisfacer las necesidades de los jugadores por la vía convencional, y por tanto, se buscan o se crean otras vías.

Con el poker online sucede lo mismo. En la actualidad hemos sido testigos de la aparición de muchas salas «asiáticas» o apps. Hay muchos motivos por lo que esto ha llegado a suceder, y por los cuales han alcanzado tanta popularidad.

La falta de legalización del poker online en la mayoría de estados de EEUU, es sin duda una de ellas, pero no la única. Hemos pasado de un ecosistema donde una gran variedad de salas de poker, a otro donde solo hay dos o tres, y debido al tráfico y a otros factores, realmente solo una o dos donde se puede jugar.

Todo esto obviamente, cambia y tiene diferentes matices dependiendo de tu lugar de residencia. Pero las respuestas en cada lugar se repiten, si las condiciones se mantienen.

Allí donde la presión fiscal hace que el poker no se pueda considerar como una actividad (no porque sea una presión alta, sino porque la hace imposible de facto), o allí donde directamente está prohibido jugar, los jugadores igualmente juegan.

Mercados regulados, ecosistemas reducidos, emigrar a otros países, jugadores utilizando VPNs y ordenadores remotos para saltarse las restricciones, partidas en la parte de atrás de un garaje, o en cuevas de diferente índole, partidas en casinos donde hoy si puedes jugar, pero mañana no.

Son todo partes de la realidad a la que tenemos que adaptarnos cada día. Con lo fácil que sería hacer las cosas de otro modo…

Viena estuvo bien, aproveché para descansar, volví a una ciudad que me encanta, pero eso sí: me pelaron como un ratón 😂🐭

Espero no haber divagado mucho esta vez. ¡Un saludo y hasta la semana que viene!



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